martes, 25 de marzo de 2014

La enfermedad sospechosa

Pilar Blas nos trae su opinión sobre el último de los folletines de Antonio Castellote, La enfermedad sospechosa, además de hablarnos sobre la prensa de la época, los lazaretos y la terrible epidemia de peste de 1885. Manaña, su colega Javier Rubio nos hablará de los botánicos turolenses que aparecen en la novela.





    Con motivo de la próxima visita de Antonio Castellote a nuestro centro, los alumnos de 1º de Bachillerato nos estamos leyendo y trabajando varias de sus obras. 
La enfermedad sospechosa es la novela que yo me he leído. En ella se cuenta cómo se vivió en Teruel, ciudad y provincia, la epidemia de cólera que hubo a finales del siglo XIX, y cómo se vieron afectadas por ella aproximadamente unas 7000 personas en nuestra provincia. El libro me ha parecido interesante porque nos acerca una realidad histórica de nuestro entorno. En la lectura resulta curioso encontrarse con lugares, personajes y costumbres de la provincia. Además, en él no se relata la vida de grandes personalidades de la historia, sino acontecimientos y hechos de la vida cotidiana y diaria de ciudadanos de clase media del siglo XIX. El estilo empleado por Castellote es sencillo, usa un léxico accesible a cualquier lector, las construcciones sintácticas no presentan dificultad. Esto hace que la lectura sea fácil y amena.
      La novela esta ambientada en el Teruel de 1885, año de la muerte de Alfonso XII. Aunque parte de ella también se desarrolla en Albarracín, y se hacen constantes menciones de pueblos de provincia de Teruel, en especial de la comarca del Jiloca (Monreal del Campo, Caminreal…), así como también de la provincia de Valencia y Castellón. 
     En la novela se mencionan dos periódicos de la época: El Ferrocarril y El Aragonés. El doctor Benito es dueño y redactor de El Ferrocarril, periódico firme defensor de la creación de una línea de ferrocarril desde Teruel hasta Sagunto. Por su parte, El Aragonés, periódico rival de El Ferrocarril, es defensor del diputado Rodríguez del Rey, que defiende que la línea de ferrocarril debería unir Teruel con Calatayud, movimiento encabezado por Mariano Muñoz Nogués. Además, este último periódico, hace constantes alusiones y ataques al Doctor Benito con la publicación de un artículo sobre la "enfermedad sospechosa".


Convento de los Capuchinos de Teruel


      Debido a la epidemia de cólera que azotó España en el año 1885, en especial a Teruel, se establecen lazaretos en las ciudades en la que la enfermedad se había extendido. En Teruel, el lazareto se establece junto a la cárcel Capuchinos, en la carretera Zaragoza. Este estaba dirigido por los franciscanos, entre los que se encontraba Silvestre, el amigo de Ramón. Los primeros lazaretos que se nombran en la novela son el establecido en Albentosa, cerca de Valencia, que junto con los de Libros y Torre de Arcas, que formaban el cordón sanitario de la provincia de Teruel. En el lazareto de Játiva, el doctor Benito y Ramón pasan cuatro días de cuarentena.


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