lunes, 20 de febrero de 2012

Más cine

Estamos a la espera de las colaboraciones que algunos alumnos han ofrecido esta mañana de manera generosa y desinteresada (es un decir, claro), así que, mientras tanto, vamos a hacer un par de recomendaciones cinematográficas, que los Goya están calentitos. 

   Empecemos por nuestra favorita: Blackthorn. Sin destino, de Mateo Gil, que es un peculiar western rodado en Bolivia en una época que ya no es la habitual del género (que comprende, de manera general, desde 1820 a 1900), pues la acción se sitúa bien entrado el siglo XX y toma como punto de partida la hipótesis de que Butch Cassidy, compañero de aventuras (asaltos a bancos principalmente) de Sundance Kid, no murió en un tiroteo tras un atraco a un banco, sino que sobrevivió bastantes años y se dedicó a la cría de caballos en Bolivia. Se trata de una atrevida idea, que retoma el final de la película Dos hombres y un destino (Butch Cassidy and the Sundance Kid, 1969) del director George Roy Hill, y que supone una original propuesta que aúna interesantes aspectos de los clásicos del género, junto con algunos de los rasgos del "eurowestern" (lo que conocíamos como spaghetti western), con la particularidad de que está rodado por un español: Mateo Gil. Tiros, cabalgadas en el desierto, un viejo pistolero que tendrá que retomar su oficio y una historia de amistad que, a buen seguro, hubiera merecido algo más de suerte en la ceremonia de ayer. Te la recomendamos encarecidamente.  

     La otra recomendación es No habrá paz para los malvados, de Enrique Urbizu, que ha sido la gran triunfadora de la ceremonia de los Goya. Quizás algo dura y con un final que podría estar mejor resuelto, se trata de una de las mejores películas españolas de los últimos tiempos, seria y contundente, con José Coronado en un auténtico tour de force interpretativo, alejado de cualquier divismo y de anteriores registros. Urbizu logra mantener la tensión y la intriga, a la vez que ofrece una desangelada y sórdida mirada sobre la corrupción policial y el mundo de los bajos fondos. Además, es una interesante visión sobre la soledad y desesperación de un personaje - Santos Trinidad - que, por lo demás, es auténticamente despreciable. De Urbizu también te aconsejamos La caja 507 y, sobre todo, La vida mancha. No te las pierdas.

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