"Hasta aquel día John Russell era solo un nombre que yo había escrito varias veces en las cuentas de la compañía durante el último año. Tantos dólares pagados a John Russell por tantos caballos de posta. Era un domador de mustangs. Cazaba caballos salvajes y los domaba para el tiro; luego el señor Méndez compraba los que necesitaba, y Russell y dos apaches montaña blanca que trabajaban para él entregaban los caballos en la posta de Delgado o en alguna de las otras que jalonaban la ruta del sur hasta Benson. El señor Méndez le había comprado unos veinticinco o treinta durante el último año. Ahora, me imaginé, querría decir a Russell que no trajera ninguno más porque íbamos a cerrar la posta. Pregunté al señor Méndez si ese era el caso. Dijo que no, que ya lo había hecho. Esto era por otra cosa."
Fragmento del primer capítulo de la novela Hombre (1961), que junto a Que viene Valdez (1970) acaban de aparecer en la siempre necesaria colección "Frontera" de la editorial Valdemar.
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