Ahora que algo se comenta sobre los viajes y viajeros para el próximo curso, uno de nuestros alumnos de 1º de bachillerato, Ignacio Tortajada, nos envía esta información sobre Julio Verne y La vuelta al mundo en ochenta días. Recomendamos su lectura para estos días de verano, así como el visionado de la película de Michael Anderson o de la serie de RTVE. Por supuesto, mantenemos el veto sobre la infame versión cinematográfica protagonizada por Jackie Chan. Ahí va:
Escritor francés, considerado el fundador de la moderna literatura de ciencia ficción, es el segundo autor más traducido de todos los tiempos según los datos de traducciones de la UNESCO. Predijo con gran precisión en sus relatos fantásticos la aparición de algunos de los productos generados por el avance tecnológico del siglo XX, como la televisión, los helicópteros, los submarinos o las naves espaciales.
Phileas Fogg, un noble inglés, hace una apuesta con los amigos del club a que realizara en 80 días la vuelta al mundo. Parte, en efecto, con su criado, llamado Pasepartout, pero anda pisándole los talones un policía, Fix, que se afana en perseguirle porque se sospecha que Fogg ha robando al banco británico. En las Indias, Fogg halla el modo de salvar a Auda, una joven a punto de ser asesinada.
El policía Fix sigue obstinado en el viajero, pero no puede detenerle porque la orden de captura tarda en llegar. Fogg consigue librarse de un asalto al tren, mientras este le conduce a las costas atlánticas de EEUU. Pero allí Phileas Fogg, no hallando ningún buque que parta a Europa, contrata una nave por su cuenta y durante la travesía sacrifican todo el mobiliario para utilizarlo como combustible, por haberse agotado el carbón.
Cuando alcanza su meta, el policía, ya en posesión de la orden de captura, le detiene, y luego, ya puesto en libertad apenas reconocido el error, Fogg cree que ha llegado un día tarde y haber perdido la apuesta. Pero él no había calculado que viajando hacia el este había ganado un día; es lo que basta para hacerle ganar la apuesta. Para colmo de su felicidad, se casa con la bella Auda.
Phileas Fogg, un noble inglés, hace una apuesta con los amigos del club a que realizara en 80 días la vuelta al mundo. Parte, en efecto, con su criado, llamado Pasepartout, pero anda pisándole los talones un policía, Fix, que se afana en perseguirle porque se sospecha que Fogg ha robando al banco británico. En las Indias, Fogg halla el modo de salvar a Auda, una joven a punto de ser asesinada.
El policía Fix sigue obstinado en el viajero, pero no puede detenerle porque la orden de captura tarda en llegar. Fogg consigue librarse de un asalto al tren, mientras este le conduce a las costas atlánticas de EEUU. Pero allí Phileas Fogg, no hallando ningún buque que parta a Europa, contrata una nave por su cuenta y durante la travesía sacrifican todo el mobiliario para utilizarlo como combustible, por haberse agotado el carbón.
Cuando alcanza su meta, el policía, ya en posesión de la orden de captura, le detiene, y luego, ya puesto en libertad apenas reconocido el error, Fogg cree que ha llegado un día tarde y haber perdido la apuesta. Pero él no había calculado que viajando hacia el este había ganado un día; es lo que basta para hacerle ganar la apuesta. Para colmo de su felicidad, se casa con la bella Auda.
La célebre adaptación con David Niven y Cantinflas |
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