Dámaso Alonso fue alumno de Ramón Menéndez Pidal en el Centro de Estudios Históricos, lugar en el que desempeñó una función básica en su profunda formación intelectual. En la Residencia de Estudiantes, en Madrid, conectó con los que serían sus compañeros de generación: Federico García Lorca, Rafael Alberti, Luis Cernuda o Manuel Altolaguirre. Enseñó lengua y literatura españolas, tanto en universidades extranjeras como nacionales: Berlín, Cambridge, Valencia y Madrid. Asimismo, fue director de la Revista de Filología Española y de la Real Academia Española.
Sus profundos análisis sobre Luis de Góngora son una de las cumbres de su producción ensayística y constituyen un hito dentro del análisis del poeta cordobés. Así, Temas gongorinos y la correspondiente edición de las Soledades (1927), La lengua poética de Góngora (1950), Estudios y ensayos gongorinos (1955) se han convertido en textos clásicos e indispensables para el estudio de la obra de este clásico.
De su extenso trabajo crítico cabe señalar, por último, aquellos libros que, como Ensayo de poesía española (1945), Poesía española (1950) o Seis calas en la expresión literaria española (1951, en colaboración con Carlos Bousoño) se aplican al análisis y difusión de las disciplinas estilísticas, y el formalismo destinado a ejercer la crítica literaria.
En mi opinión uno de los más grandes literarios y amantes de este genero de nuestro país, además de protagonizar algunas de las anécdotas más curiosas que hemos oído en clase.
En mi opinión uno de los más grandes literarios y amantes de este genero de nuestro país, además de protagonizar algunas de las anécdotas más curiosas que hemos oído en clase.
Francisco Tortajada, 4º A
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