"Ofrezco al público este libro, el segundo de los que se publican con mi firma acerca de la naturaleza. Hay en él una confesión y una esperanza; la confesión de quien durante muchos años se dedicó a la caza antes de aprender que la vida salvaje ofrece un aliciente más apasionado que el de la matanza de sus pobladores, y la esperanza de que lo que he escrito haga comprender a otros que el mayor placer que puede sentir el cazador no está en la matanza sin duelo ni consideración. Es cierto que en los grandes espacios desiertos el hombre ha de matar para poder subsistir. Es preciso tener carne, porque la carne significa vida. Pero matar para lograr el sustento no es la misma fiebre de matar que siempre me trae a la memoria un día en que, en menos de dos horas, maté cuatro osos grises en la ladera de una montaña en la Columbia inglesa, destruyendo, probablemente, ciento veinte años de vida en ciento veinte minutos."
Prefacio a El rey oso, de James Oliver Curwood. Sevilla, Barataria, 2013.
Tráiler de la película El oso, de Jean Jacques Annaud (1988)
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