Una vez corregidos los exámenes de sintaxis del pasado martes, conviene realizar algunas reflexiones en voz alta sobre lo que se nos avecina. En líneas generales, un número importante de alumnos presentó batalla y salió más o menos airoso, desde aquellos que no sufrieron ni un rasguño a aquellos que volvieron a casa con cicatrices hasta en las uñas, pero vivos. Es decir, los que aprobaron, que son un poco más de la mitad. No está nada mal, sobre todo si tenemos en cuenta el miedo que generaron CRV, PVO y los SE entre las filas de los alumnos en las horas previas a la lucha. Por otro lado están los que en esa tesitura de "con tu escudo o sobre él" se han quedado en el campo de batalla, exangües, alicaidos y derrotados, mascullando por qué esa maldita compañera de viaje desde hace tantos años -la sintaxis- se ha vuelto a cruzar en su camino. Por desgracia, hubo incluso más de uno que decidió no luchar -la vertiente jipi que habita en todo curso y que se caracteriza por no hacer la guerra en ninguna circunstancia, ni aunque les vaya la evaluación en ello- y otros que murieron con las botas puestas, cual 7º de caballería con los acordes de la música de Max Steiner, a punto de llegar al cinco. Ante ellos nos descubrimos (es mejor caer del corcel que no del burro), pues con esos habrá que trabajar más y estamos seguros de que en la madre de todas las batallas, esto es, el gran examen de sintaxis de finales de abril o comienzos de mayo, lograran vengar estas afrentas.
Más nos preocupan esos que han decidido dejarse golpear una y otra vez, recibiendo mandobles sintácticos por doquier, esperando que en algún momento amaine...Por cierto, los de letras, sobre todo las chicas, han arrasado. Para que luego digan aquello de "el que vale vale y el que no, a letras". Cuando se tocó a rebato hace unos días hubo gente que se lo tomó en serio, estudió y apuntó aquello que había que hacer.
En fin, que las frases para analizar y comentar (esa parte que ahora en Selectividad apenas se valora) eran estas:
- A mi primo Carlos, ese chico tan simpático, lo han nombrado delegado los compañeros de clase. Lo primero de todo era recordar esa cantinela, tantas veces repetida, de que el sujeto nunca va encabezado por preposición. Así, si además el verbo es "han nombrado" el sujeto ha de estar en plural, por lo que "a mi primo Carlos, ese chico tan simpático" solo podía ser CD o CI. Bien, decíamos que el sujeto debía estar en plural, y lo único que hallamos así en la frase está al final, pospuesto: "los compañeros de clase". Salvo que seamos colegas de Paquirrín o contertulios de Sálvame, ese "lo" es CD. Y si ese "lo" se refiere al "primo Carlos", es que tienen la misma función sintáctica (CD). Bueno, ahora solo falta saber qué hacemos con "delegado" (masculino singular) y con lo que va entre comas. De esto último hemos de recordar que puede ser un vocativo, un Complemento Oracional o una Aposición Explicativa...La cosa está clara, pues "ese chico tan simpático" se refiere al "primo Carlos", por lo que será aposición explicativa dentro del CD. Por cierto, "Carlos" es otra aposición, pero especificativa, pues restringe el significado del sustantivo al que acompaña (¿Cuál de los primos? Carlos). En cuanto a "delegado" es un PVO, que concuerda con el CD. Si ya decías algo del doble CD, que si era enunciativa y todo eso, pues miel sobre hojuelas.
- Los chicles han de depositarse con delicadeza en la papelera, queridos alumnos. Como ya sabemos de la especial querencia por las Pasivas Reflejas y los Vocativos, en algún momento tendríamos que toparnos con uno de ellos o con los dos. Llegamos a la oración que mejor ha salido. El vocativo, justo al final, contiene un adyacente antepuesto. Del resto de la oración vemos que el sujeto, que es paciente (el chicle no va solo a la papelera) está al comienzo, mientras que el núcleo verbal está en forma de perífrasis verbal modal de obligación, con un SE enclítico que es la marca de pasiva refleja (MPR para los amigos). Los otros dos CC son sencillos y no merecen que nos detengamos en ellos.
- Del errático equipo francés de balonmano nunca nadie ha de fiarse en un torneo internacional. Bien, faltaba un invitado a esta fiesta, el CRV, un truhán que se disfraza a veces de CC y nos hace la vida imposible. De nuevo un SPrep al comienzo (ergo no es sujeto), un "nadie" que no se sabe muy bien qué es y un CCT al final. El núcleo verbal vuelve a ser una perífrasis verbal modal de obligación, como la de antes, con un SE que forma parte del verbo (es pronominal; te fías de alguien y necesitas el pronombre para conjugarlo). Si "nadie" lo sustituyes por un sustantivo -la selección española, por ejemplo- ves que es sujeto (otro truco es, además de la concordancia, cambiar el orden: "Nadie ha de fiarse nunca de...."). El "nunca", que dota a la oración de modalidad negativa, puede ser analizado como CCT, mientras que el sintagma del inicio es un CRV (fiarse de algo o alguien), en cuyo interior hay dos adyacentes del núcleo "equipo" y un CN de ese mismo núcleo. Otra cosa es que a estas alturas no sepamos qué signifca "errático"...
- Últimamente, a Messi, el segundo mejor jugador del mundo, no hay que confundirlo con un pizzero. Esta frase fue hecha en clase, con alguna ligera modificación, pero si revisas los apuntes verás que está. Lo más destacado es, sin duda, el galimatías de comas que hay pero, por lo demás, es de lo más sencilla. Si todavía recordamos lo de que el sujeto nunca va encabezado por una preposición, "a Messi" no puede ser sujeto. Si además vemos que el núcleo vuelve a ser una perífrasis modal de obligación (por tercera vez), con un "lo" enclítico que hace de CD (salvo, insistimos, que seas de la pandilla de Paquirrín o contertulio de Sálvame), la cosa empieza a estar algo más clara. El problema viene cuando pensamos que "últimamente" o "a Messi" son vocativos. "Van separados por comas, ¿no?" dirá alguno. Pues sí, pero no quiere decir que sean vocativos. En el primer caso es un CCT o un Complemento Oracional, mientras que el ínclito jugador es CD, pues se refiere al "lo" que antes hemos comentado. En este CD se incluye una aposición explicativa con algo de sorna, con dos determinantes y un CN, pero nada más. Lo difícil tal vez sea el CRV del final: "con un pizzero". Pero si uno recuerda la frase "No hay que confundir churras con merinas" (o con meninas, que diría alguno...), la cosa está hecha.
Los filólogos estáis "llenismos" de maldad.
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