Los chicos de 1º de bachillerato se enfrentan mañana con el primer gran examen de sintaxis, un escollo otrora insalvable que ha dejado numerosas víctimas en el camino (preguntándose, siempre al final, para qué demonios servía) y que amenaza con turbar la paz que hasta ahora reinaba en los felices y confiados alumnos. Si a esto le añadimos un poco de morfología, que incluye saberse los tiempos verbales (¡qué atrevimiento!) o los grados del adjetivo y los usos del presente, la cosa se convierte en una batalla digna de aquellas relatadas por Heródoto o Jenofonte. Por ello, para tratar de paliar su desventaja y soledad frente a los temibles Complemento Predicativo, Complemento de Régimen Verbal y el ejército de los "inmortales" -los SE y toda su casuística-, hemos pensado ofrecerles algo de ayuda, mostrando las debilidades y flaquezas del enemigo, que las tiene.
Así, además de recordarles que en la plataforma del instituto se encuentra colgado un documento titulado "Algunas frases para antes de la batalla", les deseamos lo mejor, les recordamos que han de escribir con corrección y decoro, que esto no es un tatuaje de Paquirrín, y que han de estar concentrados, con la mirada del tigre, la del asesino que ejecuta con frialdad frase tras frase, complemento tras complemento, sin dudar y sin remordimiento (O es atributo o no lo es; los directos e indirectos a veces aparecen reduplicados; los CRV se camuflan tras los CC, las perífrasis y locuciones verbales pueden ser reducidas a un único núcleo, nunca hay que dejar a un SE suelto...). Pero cuidado con aquellos que hayan descuidado su preparación y lo hayan dejado al albur de un último repaso por la tarde, con la esperanza de que el día del examen la sintaxis no se presente con sus mejores armas. Es implacable y nunca tiene piedad... y siempre vuelve en septiembre.
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