martes, 4 de febrero de 2014

El cementerio de los ingleses


    La familia de Pablo siempre veraneaba en San Sebastián. Él no tenía muchos amigos y una tarde, su madre le dijo que se fuera a dar una vuelta. Pablo buscó un lugar tranquilo, el monte Urgull, para ir a leer un libro. Allí se encuentra el Cementerio de los ingleses. Esa tarde conoció a Virginia, una chica inglesa que había llegado desde Gran Bretaña para saber qué le paso a su antepasado William Turner. La joven pide a Pablo que le ayude a buscar la historia de William Turner, Corito y la gema azula. Comienza la búsqueda por el museo de San Telmo; en él encuentran unos textos incompletos que hablaban sobre una mágica gema. Más tarde, deciden ir a la biblioteca en busca de más información. En ella encontraron unos libros en los que se hablaba de cómo llegó el oficial británico a San Sebastián y cómo se enamoró de Corito. Aquel libro también estaba incompleto. Preguntaron al bibliotecario, Ordiza, y él dijo que no sabía nada, que el documento había llegado así. En realidad el bibliotecario sí sabía dónde estaban. Cuando llegaron a casa seguían pensando, encontraron coincidencias con Ordiza, él les dijo que también buscaba información sobre William Turner y la gema azula, así que los tres se unieron en la búsqueda de la leyenda y encontraron el diario de Corito. En él se contaba cómo acabó la historia de amor.
      En el mismo día que Virginia regresó a Gran Bretaña, Ordiza encontró una carta de Corito dirigida a sus padres en la que les explicaba que se había casado y tenía con ellos la azula. Ordiza les dio la carta para que la leyeran. Virginia estaba contenta por volver con sus padres y saber lo que había pasado con su antepasado. Y aunque les costó despedirse porque se habían hecho muy amigos, ella regresó a Gran Bretaña. 

     José María Mendiola Isausti (San Sebastián, 18 de mayo de 1929 — Ibídem, 2 de enero de 2003) escritor español. Licenciado en derecho, fue asesor jurídico de la Junta de Protección de Menores de Vizcaya, hizo varios cuentos y obras con gran reconocimiento; además redactó varios artículos de prensa, donde escribió desde información económica hasta críticas literarias y pequeñas notas de la vida social. Escribió libros para adultos y también cultivó el ensayo con varios libros publicados en Ediciones Obelisco. Alcanzó su mayor éxito literario en 1962, cuando obtuvo el Premio Nadal por su novela Muerte por fusilamiento. Al margen del Nadal, hay que destacar premios como el Café Gijón o el Puente Colgante, entre otros, a los que se hizo merecedor por novelas como Jonás y la gruta o cuentos como Diez mil cigüeñas. Fue redactor y crítico de libros de El Diario Vasco de San Sebastián y director de la revista de historietas El Globo (1973-74). Recientemente, y en un giro a su producción literaria, se dedicó a la novela juvenil, en la que ganó un reconocido prestigio. 

      En mi opinión es un libro breve y entretenido de lectura fácil con cierto toque de misterio.

                                                                    José Mainar Esteban, 4º ESO A

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