miércoles, 13 de marzo de 2013

Recuerdo de Cernuda

La lectura de un poema de don Luis Cernuda en clase nos ha traído una semblanza preparada por Sergio Hernández, de 4º ESO B, que ahora os mostramos. A ella le añadimos un poema de don Luis que a nosotros siempre nos ha gustado y añadimos, para aquel que quiera una biografía sosegada, exhaustiva y completa, la recomendación de la lectura de la biografía preparada por Antonio Rivero Taravillo en dos volúmenes dentro de la la editorial Tusquets y que tantos buenos ratos nos dio hace ya un par de veranos.

Segundo volumen de la biografía
    Luis Cernuda Bidón fue un destacado poeta y crítico literario español, miembro de la llamada Generación del 27. Su educación fue rígida e intransigente debido al carácter y a la condición militar de su padre. En 1927 publica su primer libro lírico, Perfil del aire en la imprenta malagueña de Prados y Altolaguirre aunque este libro es fuertemente criticado por Juan Ramón Jiménez. También participa en la Revista de Occidente. En diciembre de 1927 asiste a los actos celebrados en el Ateneo de Sevilla con motivo del tercer centenario de la muerte de Góngora, pero solo como oyente, aunque ya había conocido a varios miembros de la que sería denominada después Generación de 1927 (por ejemplo, Pedro Salinas fue profesor suyo).
     Después marcha a Madrid, donde conoce a Vicente Aleixandre; en noviembre Salinas le ayuda a conseguir un lectorado de español en la Universidad de Toulouse; viaja también a París, donde se aficiona al cine. Se entera del asesinato de Federico García Lorca y le escribe una sentida elegía, "A un poeta muerto", cuyos dos últimos párrafos fueron censurados. Pasó dos meses como agregado de la Embajada Española en París y vuelve a Madrid, donde se alista en el Batallón Alpino; con él es enviado a la Sierra de Guadarrama. En abril de 1937 se traslada a Valencia. En 1947 se inicia su exilio norteamericano; allí enseña literatura en el colegio de señoritas de Massachusetts, puesto que desempeñará hasta 1952, y logra por fin la ansiada estabilidad económica; tres viajes a México en 1949, 1950 y 1951 le hacen desear volver a vivir en una tierra donde se habla el español consigue dejar su puesto y establecerse en México capital en 1952 y el 5 de noviembre fallece en la Ciudad de México y es enterrado pocos días después en la sección española del Panteón Jardín. Algunos de sus títulos, ubicados en orden cronológico son los siguientes: Perfil del aire, Los placeres prohibidos, Las nubes, Vivir sin estar viviendo y Desolación de la quimera.



Si el hombre pudiera decir lo que ama,
si el hombre pudiera levantar su amor por el cielo
como una nube en la luz;
si como muros que se derrumban,
para saludar la verdad erguida en medio,
pudiera derrumbar su cuerpo,
dejando sólo la verdad de su amor,
la verdad de sí mismo,
que no se llama gloria, fortuna o ambición,
sino amor o deseo,
yo sería aquel que imaginaba;
aquel que con su lengua, sus ojos y sus manos
proclama ante los hombres la verdad ignorada,
la verdad de su amor verdadero.

Libertad no conozco sino la libertad de estar preso en alguien
cuyo nombre no puedo oír sin escalofrío;
alguien por quien me olvido de esta existencia mezquina
por quien el día y la noche son para mí lo que quiera,
y mi cuerpo y espíritu flotan en su cuerpo y espíritu
como leños perdidos que el mar anega o levanta
libremente, con la libertad del amor,
la única libertad que me exalta,
la única libertad por que muero.

Tú justificas mi existencia:
si no te conozco, no he vivido;
si muero sin conocerte, no muero, porque no he vivido.

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