viernes, 9 de diciembre de 2011

Estudio en escarlata

Hoy queremos recomendarte uno de esos libros que toda persona de bien debería leer alguna vez en su vida: Estudio en escarlata (1887), de Sir Arthur Conan Doyle. Se trata de la primera novela en la que aparece el célebre detective Sherlock Holmes, acompañado por el doctor Watson, y en la que se plantea un doble asesinato en Londres, al que se habrá de enfrentar Holmes con su habitual inteligencia y capacidad deductiva.
La obra está dividida en dos fragmentos con un estilo y tono narrativo bien distintos, pero que terminan confluyendo en un final cerrado en el que el genial detective residente en Baker Street 221B logrará dejarnos boquiabiertos con su perspicacia, habilidad e intuición, frente a la investigación mecánica y rutinaria de los otros policías de Scotland Yard (que son los que se acaban llevando gran parte de la gloria). En la primera de las dos partes asistimos al encuentro entre Holmes y Watson, quienes son presentados a través de otro personaje, amigo del doctor Watson. Por razones económicas, deciden vivir juntos en un pequeño apartamento alquilado. Watson está recuperándose de las heridas de la guerra de Afganistán y Holmes necesita un lugar tranquilo y barato para poder continuar con sus investigaciones y su labor como detective privado. A partir de aquí asistimos a la descripción que de Holmes realiza Watson, pues no en vano esta primera parte está extraída de sus memorias (típica argucia narrativa). De aquí partirán los rasgos más característicos del genial detective, como su afición al violín, sus excelsos conocimientos en disciplinas como la química, la medicina legal y la criminología o sus largos estados de apatía. La segunda parte transcurre en Norteamérica y tiene a los mormones y sus rígidas costumbres por protagonistas. 
No te decimos más porque si lo hacemos tal vez te estropeemos la novela, y no es, desde luego, nuestra intención. La tienes en la biblioteca, así que ya tardas.

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