La pasada semana se celebraba en el ayuntamiento de Alcalá de Henares (Madrid) la última edición del premio Cervantes Chico. La función de este premio, creado en 1992 y sin recompensa económica, es valorar la obra de autores en lengua castellana, que escriben en un género (Literatura infantil y juvenil) que pocas veces encuentra un reconocimiento.
El último premiado ha sido la escritora zaragozana Ana Alcolea, licenciada en filología hispánica e inglesa y actual profesora de Secundaria. A parte de desempeñar su labor como profesora, ha sabido compaginar su trabajo con su labor como escritora, algo que transmite en los centros educativos a través del entusiasmo por la lectura.
Donde aprenden a volar las gaviotas, El retrato de Carlota, El medallón perdido, La noche más oscura (libro con el que ganó en 2011 la VIII edición del Premio Anaya de Literatura Infantil y Juvenil) son algunas de las obras de la escritora. El jurado que le ha entregado el premio dice que tiene la capacidad de trasmitir la emoción en un lenguaje de gran calidad literaria, en el marco de historias muy bien construidas.
Ana Alcolea ha sido la última en recibir este galardón, pero antes que ella este premio ha sido entregado a reconocidos escritores como Gloria Fuertes (1995), Blue Jeans (Francisco de Paula Fernández, 2013) o César Mallorquí (2015).
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