Después de zurrar la badana a los imberbes y poco talentosos jugadores de Serbia, la selección española comenzó su andadura hacia su tercer entorchado europeo consecutivo, aunque se quedó a mitad, porque se nos cruzaron los bleus. La cosa es que, más allá del tono triunfalista de esta entrada, el siempre atento chico del departamento de Matemáticas nos envió este titular del Heraldo de Aragón, con unas dudas sobre el gentilicio de los habitantes de Serbia...Al parecer, ambas formas, con B o V, son correctas, pero la última está en desuso. En cualquier caso, lo lógico es ponerlas todas de la misma manera, no de un modo aleatorio y desorganizado, como si fuera el juego de los pobres serbios (o servios). En fin, que con lo que fácil que era aquello -baloncestísticamente hablando, claro- de Yugoslavia, este galimatías de los Balcanes resulta a veces algo complicado, entre macedonios, montenegrinos, croatas, bosnios, eslovenos y los susodichos serbios. A nosotros nos trae recuerdos de cuando eran un rival imbatible, con los Petrovic, Divac, Kukoc, Radja, Danilovic et alii, así que lo dejamos...Ahí va:
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