Cartel oficial, de esos que anuncian obras y presupuesto a bombo y platillo, y en el que la revisión ortográfica brilla por su ausencia.
Una colaboradora nos dijo que, tras disfrutar de las bondades de una crema de cacao de origen español cuyo nombre se aplica a una generación de escritores patrios auspiciada por alguna editorial y también llamada Afterpop, se percató de la ausencia de una tilde diacrítica en QUE (es exclamativo). Observamos que el vaso, como era habitual hace años, se ha vuelto a reutilizar, una vez devorada la mentada crema de cacao.
Y el Heraldo, que nunca falla y que nos deja titulares como este, plenos de orgullo y testosterona. Olé sus huevos.
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